Respuesta al artículo de opinión publicado en el Diario de Sevilla el 2 de mayo de 2023 del compañero contrabajista, Vicente Fuertes Gimeno, de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla.
Mi nombre es Vicente Fuertes Gimeno, soy miembro de la ROSS desde 1995, salvo un corto periodo de tiempo en que me dediqué a la docencia tras ganar las oposiciones al cuerpo de profesores en Andalucía de mi especialidad, contrabajo, en 1999. Volví a la ROSS pasado un tiempo (es imposible la compatibilidad entre ambos puestos), el nivel artístico de los músicos de la entidad es altísimo y es un verdadero placer trabajar con estos compañeros.
Después de leer el artículo de C. Navarro Antolín “El chollo de los músicos de la Sinfónica de Sevilla”, publicado este martes 2 de mayo en el Diario de Sevilla, me gustaría realizar unas puntualizaciones sobre lo que comenta en el mismo.
Con respecto a lo que escribe, “no sabemos si son empleados públicos o personal laboral privado. Ah perdón, que para las subidas salariales son públicos y para evitar las restricciones e incompatibilidades son de la privada”, me gustaría sacarles de dudas.
Con respecto a las incompatibilidades a las que se alude, mi caso es un ejemplo. Si estuviéramos, como se afirma en el artículo, en una empresa privada no tendría ningún problema en compatibilizar mi trabajo en la ROSS con mi plaza en el conservatorio, pero no es así. En cuanto a trabajar extra realizando conciertos de cámara u otras actividades, o bien dando clases particulares, es algo que realizan muchos músicos, tanto profesores del conservatorio como miembros de la Banda Municipal sin ninguna crítica por nadie, pero parece que es un acto execrable cuando lo realiza un músico de la ROSS.
En lo que se comenta, referente a la disminución progresiva de abonados, estoy totalmente de acuerdo con lo que dice, pero me gustaría reflexionar al respecto.
Los músicos nos encargamos de tocar e interpretar las partituras, pero en ningún caso tenemos poder de decisión sobre ningún aspecto de la gestión de la orquesta. Al contrario de la Orquesta Barroca, que está gestionada por los propios músicos y donde ningún político toma decisiones de índole musical, en la ROSS son los políticos quienes gestionan y deciden (a través del Consejo de Administración, del cual se ha expulsado al representante de la orquesta) y los músicos están totalmente excluidos de cualquier decisión, tanto de gestión, de programación o de elección de cargos, incluido el musical.
Estamos totalmente de acuerdo con usted en que “La ROSS tiene que competir, tocar con más frecuencia y, por supuesto, salir más de Sevilla, como hace la orquesta barroca”, de hecho, es una de las reivindicaciones de la plantilla en esta huelga. Por ello, resulta cuando menos irónico que se culpe a los músicos de la mala gestión, planificación y programación de la ROSS, y se nos acuse de estar muy cómodos sin trabajar cuando lo que demandamos es justamente una gestión profesional que aproveche todas las posibilidades de la institución.
La financiación de la ROSS, como habrá podido conocer a través de su colega Pablo Vayón, está muy por debajo de otras orquestas nacionales. Ciudades como La Coruña, con cerca de 250.000 habitantes posee una orquesta magníficamente gestionada y un presupuesto de cerca de 3 millones de euros superior a la Sinfónica de Sevilla, ciudad con tres veces más población. Valencia, con una población similar a Sevilla, posee dos grandes orquestas. No creo que sea un problema económico el apoyar a la ROSS, sino más bien de compromiso con la ciudad y de saber en qué lugar se desea colocarla.
La convocatoria de esta huelga no es un capricho o un acto de rabieta infantil, es la consecuencia de un hartazgo generalizado ante los continuos menosprecios que sufrimos. En el anterior convenio colectivo firmado hace tres años, se acordó subir un 6% el salario para resarcirnos un poco de la continua pérdida de poder adquisitivo, ahora se nos dice que nos podemos olvidar de dicha subida que nunca se aplicó. La subida del sector público aprobada por el gobierno del 9´5% en tres años y que están recibiendo TODAS las orquestas de Andalucía (a excepción de la ROSS), Banda Municipal, trabajadores de los teatros como el Maestranza, etc. también se nos niega.
Hemos tocado en la calle, realizado entrega de panfletos informativos antes de los conciertos, negociando por cerca de año y medio con nuestra gerencia, y nada se ha avanzado. Se nos sigue tratando de forma despectiva e insultando de forma recurrente a través de artículos e informaciones falsas.
Entrar en una orquesta profesional no es una tarea fácil, una carrera de 14 años, unas duras pruebas internacionales de admisión, así como el constante estudio necesario para mantener el nivel demandado, yo no lo calificaría como “chollo”. Además, no tenemos ningún derecho de imagen o audio sobre las grabaciones que se realizan todas las semanas.
Creo que el “chollo” lo tienen quienes nunca han realizado una oposición y han sido colocados a dedo para gestionar una institución que les viene grande, a la vista de la degradación permanente de la orquesta. No creo que los músicos, que han sido los únicos que han tenido que realizar dicha oposición, se les pueda achacar la mala gestión y la perdida de abonados debido a la pésima programación.
Nuestro trabajo se centra en tocar, y nos deberíamos enfrentar ante la crítica constante de nuestro público a través de nuestro trabajo en la orquesta, que es interpretar música. Los demás temas relativos a la gestión o programación, como ya he comentado, por desgracia están totalmente fuera de nuestra responsabilidad.
Reciba un cordial saludo.
Vicente Fuertes.
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